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Cesta

La cesta está vacía

Uno

Una mañana, había un caballo blanco allí. Corría con ligereza y placer entre las flores blancas de junco.

Quizás vino a beber agua del río, o tal vez simplemente se sintió atraído por el suave vaivén de las flores de junco.

El caballo desapareció entre las flores mecidas por el viento, y todo parecía haberse vuelto blanco.

Ambos eran blancos, invisibles en forma, pero cada uno seguía existiendo claramente.

Dos

En una noche de luna llena, yo tomaba té en la montaña.

La luz de la luna iluminaba las montañas, los campos y también a mí. Me entregué a la noche.

Al mirar mi taza, vi la luna reflejada en ella. Bebí el té... y bebí la luna.

Entonces desaparecí... y me convertí en la luna.

ROCANIIRU (入蘆花)

El nombre ROCANIIRU (入蘆花) proviene de una frase zen utilizada en las ceremonias del té: 「白馬入蘆花」 — “Un caballo blanco entra en un campo de flores blancas de junco.”
Cuando un caballo blanco entra en un campo de juncos blancos a la orilla del río, tanto el caballo como las flores se funden en un solo blanco.
Y sin embargo, ambos existen plenamente, cada uno con su propia presencia.
Creo que esta expresión habla de una corporalidad que se funde con la naturaleza.

Cuando era adolescente, una noche de luna llena bebí té en la montaña.
En algún momento, la complejidad de mi ser desapareció, y solo permanecía el momento presente—en un paisaje de montañas, cielo y luna, cambiando constantemente en el tiempo.
Así como el caballo se desvanecía entre los juncos, yo también me disolví en la luna de esa noche—en la naturaleza misma.

Esa experiencia sigue siendo inolvidable para mí.
Tal vez sigo persiguiendo esa sensación misteriosa que las palabras no pueden describir del todo.

Tomar un objeto antiguo en mis manos,
arreglar flores silvestres,
beber té con agua del lugar—

Para mí, todo esto significa lo mismo: un encuentro real y físico con la naturaleza.
En tiempos de civilización, vamos perdiendo el sentido de corporalidad.
En mi vida diaria, al beber té me conecto con las plantas;
al tocar objetos antiguos, me conecto con la tierra.
Subo a la montaña, excavo la tierra, siento el viento—
y deseo regresar a la naturaleza, a esa tierra. Así es como vivo.

Con respeto,
ROCANIIRU

 

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